La formación docente se orienta al desarrollo de competencias que permiten establecer las conexiones necesarias entre los campos de formación general pedagógica, especializada y orientada para atender la enseñanza en Instituciones y contextos particulares, respondiendo a la diversidad de las situaciones complejas que se presentan.
Al finalizar sus estudios, se estima que el futuro docente será un profesional: poseedor de competencias, capaz de reflexionar críticamente y lograr aportes significativos frente a múltiples problemas; con habilidades necesarias para la selección y organización de los contenidos y para la identificación y diseño de estrategias y recursos que faciliten la elaboración de proyectos de enseñanza y aprendizaje adecuados a las características contextuales y a su pertinencia en el marco de las escuelas del sistema regular o de las escuelas de arte; comprometido con la realidad de su tiempo, sus alumnos, su escuela, su comunidad; con identidad propia, capaz de dominar con solvencia los contenidos científicos y tecnológicos de su trabajo; promotor de la cultura nacional y regional, reconociendo y valorando lo universal; responsable de sus funciones, con solvencia práctica y espíritu crítico, creativo, preparado en su especialidad, abierto y flexible a la capacitación permanente, y capaz de educar en la tolerancia, el respeto y la valoración de las normas.